“Tengo miedo, no sé qué me va a pasar”

Robert Collins

Global Courant

Un grupo de ex pacientes del cirujano Aníbal Lotocki brindó una conferencia de prensa para darle visibilidad a distintas historias de presunta mala praxis, en medio de la conmoción de la muerte de la modelo Silvina Luna.

La convocatoria tuvo lugar en la Asociación Argentina de Actores y Actrices, donde se pidió justicia por Luna “y para todas y todos quienes padecieron y aún padecen el daño causado por Lotocki”, según afirmaron desde la organización.

Lotocki fue condenado a la pena de cuatro años de prisión y cinco de inhabilitación para ejercer la medicina tras haber sido encontrado culpable del delito de lesiones graves que produjo, por mala praxis, a Silvina Luna, Stefanía Xipolitakis, Gabriela Trenchi y Pamela Sosa. Enfrenta cinco causas y no puede ejercer la medicina en la actualidad.

“Queremos que escuchen algo de sus penurias, de sus relatos y sus vivencias, de cómo se encuentran luego de haber pasado por una medicina inescrupulosa”, sostuvo el abogado Fernando Burlando, patrocinante de la familia de Luna. Junto a él estaban otros integrantes del ámbito artístico y víctimas.

“Te dicen que van a poner grasas y te ponen otra cosa que no pediste, pero te dormiste y no podés hacer nada. Estoy esperando resultados, ver qué pasa, los resultados. Pero tengo miedo, no sé qué me va a pasar. Como yo hay un montón de chicas más, hay gente que no se anima a hablar por miedo”, contó Andrea, una de las pacientes.

Entre las voces que se escucharon estuvieron algunos nombres conocidos, como Pamela Sosa, vedette y ex pareja de Lotocki, y otros casos anónimos. También pidió la palabra el actor uruguayo Raphael Dufort, quien contó que se animó a contar su caso luego de la muerte de Luna y del bailarín Mariano Caprarola.

“Este medico nos inyectó veneno y nos vamos a morir máximo en 30 años”, graficó Dufort, en un testimonio de los más impactantes de la tarde.

Julieta, otra paciente que se inyectó los glúteos en 2011, contó su día a día. “Estoy usando una faja y es lo único que me sostiene y me calma los dolores a la noche. Tengo que estudiar, salir a comprar, ir a visitar amigas con la faja. No sé qué ponerme con lo que tengo adentro”, contó.

A partir de la intervención, que tuvo lugar cuando la chica tenía 18 años, Julieta tuvo que cambiar su rutina. “Hoy no puedo hacer actividad física que es lo que me destacaba cuando era chica en la secundaria. Y este producto que tengo en la cola me impide hacer muchas actividades”, explica.

La mujer además puso en el foco en las presiones sociales que tenía en el ambiente para hacerse tratamientos estéticos. “Teníamos presiones por todos lados, me preguntaban cuando me iba a hacer los pechos, la cola”, relató.

“Tengo miedo, no sé qué me va a pasar”

America Region News ,Next Big Thing in Public Knowledg

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